Con el Domingo de Ramos inicia la Semana Santa. Por segundo año consecutivo llega en momentos difíciles a causa del Covid-19, aunque en circunstancias más esperanzadoras, si recordamos los días grises y llenos de temores que sufrimos cuando la pandemia estaba en su punto más peligroso.
Gracias a Dios vamos avanzando para salir de la oscuridad de este túnel que ha imposibilitado ver la luz del camino, en el trayecto de la vida, pero cuidado si caemos en el gancho de creer que ya triunfamos y vencimos la enfermedad.
Debemos continuar con las medidas preventivas para evitar el contagio, porque estos días de asueto de la Semana Mayor pueden llevar a muchas personas a caer en la chabacanería, la rumba y festejos, olvidando que el virus sigue latente.
Sería muy lamentable que volviéramos hacia atrás por estas inconductas y falta de respeto a la vida. Mantengamos lo que hasta ahora hemos logrado, para así evitar ver hospitales y clínicas desbordados, por la cantidad de pacientes contagiados. Que el desenfreno social no encuentre cabida en nuestro país.
Aprovechemos estos días de la Semana Santa para reflexionar y encontrarnos con Dios y así llenar nuestras vidas de los valores que dan sentido a nuestra existencia.
No contaminemos estos días con actos de violencia, bebentinas y otras acciones que llevan a la muerte.
Que al concluir la Semana salgamos siendo más solidarios, caritativos y comprometidos con la construcción de una República Dominicana cada vez mejor.